Replanteando prioridades
En Director Creativo contamos con un recurso al que llamamos “De Creativo a Creativo”. Básicamente es un espacio en el cual tenemos conversaciones con líderes de alabanza y otros expertos que Dios ha estado usando para edificar a la iglesia (si quieres saber más de esto haz click aquí).
A pesar de que hemos tocado temas muy variados con cada uno de los invitados que hemos tenido en “De Creativo a Creativo” hay un tema que por lo regular siempre sale en la conversación: las prioridades. Definitivamente, una de las características esenciales en cualquier tipo de liderazgo es que se exista la capacidad de establecer y replantear prioridades para el equipo. Es muy importante que cualquier organización, empresa, ministerio o equipo tenga claridad acerca de su meta ya que esto les permitirá establecer un nivel de importancia para cada tarea dentro de sus actividades. Aterrizándolo a líderes de alabanza y ministerios en la iglesia esto no debe de ser distinto.
Establecer prioridades dentro de nuestros equipos es muy importante ya que los proyectos que dirigimos no sólo cuentan con una organización y una estructura sino que además de eso involucra las vidas espirituales de las personas. Incluso en la Biblia podemos encontrar enseñanzas de Jesús que hablan sobre la importancia de establecer prioridades. En un mundo tan acelerado y lleno de actividades Jesús nos recordó la importancia de poner las cosas eternas como una prioridad. A continuación queremos exponer dos cosas que deben de ser prioridad en tu ministerio.
Relación con Dios. A veces creemos que solo por servir en la iglesia estamos cerca de Dios. Sin embargo, dentro del ritmo de vida tan acelerado que estamos acostumbrados a vivir podemos perder el enfoque y de un momento a otro darnos cuenta de que descuidamos nuestra relación con Dios. Muchas veces estamos tan enfocados en el servicio, la excelencia, proyectos, alcance, evangelismo, y un sinfín de otras cosas que con un corazón y una prioridad correcta son buenas. Sin embargo, es en medio de la obra que en muchas ocasiones descuidamos la relación con quien nos envió en primer lugar. Busquemos que nuestra relación con Dios tenga un lugar prioritario en nuestras vidas. No permitamos que por servirlo a él nos olvidemos de él.
Sin Dios no funciona. Este siguiente punto está muy relacionado con el anterior. Es importante recordarnos que nada de lo que hacemos para Dios debe de ser más importante que Dios mismo. A veces trabajamos demasiado y nos sentimos desesperados por ver fruto que terminamos sintiéndonos exhaustos y estancados. Esto es porque a veces olvidamos que la obra es del Señor y se nos olvida descansar en él. De él parten todos los dones, ideas y creatividad en general que podemos llegar a tener. Él nos da la gracia que nos ayuda en todo lo que hacemos. Por lo anterior, queremos invitarte a hacerte la pregunta que tanto hacemos: ¿cómo está tu relación con Dios?, ¿cómo está la devoción de todo tu equipo?, ¿está Dios siendo una prioridad en tu ministerio?, ¿han estado cultivando su relación con él?, ¿es necesario volver a él?, ¿están descansando lo suficiente en él o se han desviado creyendo que la obra depende de sus fuerzas? Estas prioridades son pilares que deben de sostener cada paso que demos y cada decisión que tomemos. Esta es la forma en la que podremos ver fruto de manera natural dentro de nuestros ministerios.
A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos». Mateo 9.37 (NTV).
Por último, queremos notar algo que Jesús mismo dijo, cuando “la cosecha es grande y los obreros pocos” el enfoque no debe ser: “trabajen más para recoger la cosecha”. Más bien Jesús dijo que: “oren al Señor quien está a cargo…”. En otras palabras, sea tan grande como sea todo lo que tengamos que hacer, Jesús nos recuerda que Él es el Señor de la cosecha y que debemos de ir a Él por sobre todas las cosas para que verdaderamente esta cosecha sea fructífera. Resumiendo esta entrada en una sola frase: “Nuestra relación con Dios es la prioridad prioritaria de todas las prioridades”.