Cuando hablamos de la alabanza, podemos encontrar que hay un sinfín de temas que son importantes respecto al mismo. Podemos hablar de los instrumentos de los músicos, de las notas de los acordes, de los ensayos, los ritmos, los estilos musicales, o también podríamos hablar acerca de cosas más profundas como los asuntos del corazón, las actitudes, la devoción, la entrega, el compromiso o la pasión, temas que estamos acostumbrados a abordar y escuchar ya que son el pan de cada día. Y así como estos temas son importantes, hay uno que de hecho es aún más importante que los que acabamos de mencionar, y tiene que ver con la obra del Espíritu Santo. Cuando hablamos del Espíritu Santo, muchas veces pensamos que esto está relacionado con la hora de la predicación o los tiempos de oración. La obra del Espíritu Santo incluye por completo los tiempos de alabanza dentro del contexto de la iglesia y de lo personal.
Queremos compartir contigo el siguiente versículo:
Juan 16.13 Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro. 14 Me glorificará porque les contará todo lo que reciba de mí. (NTV)
Como leímos, veremos que la obra del Espíritu Santo nos da la capacidad de glorificar a la persona de Jesucristo, tal cual este versículo lo explica que es el Espíritu Santo el que nos ayuda a darle gloria correctamente. Y esto, por supuesto, tiene que ver con nuestra manera de vivir en lo individual, pero también incluye los tiempos de alabanza colectiva cuando la iglesia está reunida.
No debemos dejar de un lado considerar la obra del Espíritu Santo cada vez que nos preparamos como equipos de alabanza. Al mismo tiempo, veremos que la obra del Espíritu Santo incluye lo siguiente:
Juan 16:13 Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro.
Leemos que el Espíritu Santo nos guía. Piensa en lo siguiente: en el equipo de alabanza, ser guiados por una secuencia y ser dirigidos por un director musical es sumamente importante para que todo funcione adecuadamente. Cuanto más importante será ser guiados por el Espíritu Santo cada uno de nosotros y para nuestros equipos de alabanza.
Queremos compartir esta idea contigo acerca de la importancia de la obra del Espíritu Santo para nosotros como ministros de alabanza y abrir espacios para escuchar su voz, sobretodo, ser sensibles a la guíanza del Espíritu Santo cada vez que planeamos, ejecutamos un tiempo de alabanza, y nos disponemos a servir a la iglesia.
Es la obra del Espíritu Santo la que sabe dirigir mejor que cualquier otro ser humano. De otra manera, podríamos decir que si el Espíritu Santo no fuera quien dirigiera la alabanza, o más bien como hemos titulado esta entrada "La alabanza sin el Espíritu Santo", realmente sería un concierto. Pero ninguno de nosotros quiere tener conciertos los domingos. Queremos tener tiempos profundos, tiempos de encuentro con la persona de Jesús, y tiempos que no solo alegren el alma o llenen el intelecto, sino que transformen el corazón con un encuentro con Cristo. Al final del día, darle la gloria a Jesús y servir a la iglesia es el centro y el motivo por el cual existe el equipo de alabanza en la iglesia, y es el Espíritu Santo quien nos da la capacidad y las herramientas necesarias para cumplir con esta misión correctamente.