En los últimos dos años de pandemia, nos hemos visto en la necesidad de adaptarnos a diferentes limitaciones. Nos vimos forzados a encontrar nuevas maneras de seguir adelante con nuestros proyectos, nuestros planes, con nuestra forma de relacionarnos y como si fuera poco, con nuestra manera de hacer y asistir a la iglesia.
En todo el mundo, la pandemia fue un fenómeno que ocasionó que iglesia tuviera que adaptarse a nuevos formatos a los que no estábamos acostumbrados, siendo uno de los principales, la modalidad en línea.
Para algunos, esta transición no representó grandes retos puesto que posiblemente contaban con los recursos necesarios y el conocimiento adecuado para lograr la transmisión en línea. Sin embargo, para muchas otras iglesias, representó un enorme reto que los obligó a investigar y aprender cómo transmitir ya que el tiempo que estábamos viviendo parecía no ofrecer otra alternativa diferente a esta.
Después de todo este tiempo, algunas iglesias en el mundo están teniendo la oportunidad de volver a llevar sus reuniones en el formato presencial. Una vez que ya se habían adaptado al formato en línea se abre nuevamente una de las preguntas principales en todo este tiempo ¿presencial o en línea?
Esta pregunta ha estado presente en las conversaciones de muchos, desde una postura técnica hasta más profundamente.
Por esa razón, quisiéramos compartir contigo una idea muy sencilla pero que quizá te dé una perspectiva nueva sobre este tema.
Una conversación acerca de la adoración
Juan 4.19 —Señor—dijo la mujer—, seguro que usted es profeta. 20 Así que dígame, ¿por qué ustedes, los judíos, insisten en que Jerusalén es el único lugar donde se debe adorar, mientras que nosotros, los samaritanos, afirmamos que es aquí, en el monte Gerizim, donde adoraron nuestros antepasados? (Ntv)
Este suceso en la Biblia narra un encuentro de Jesús con una mujer samaritana. En este fragmente, la Biblia resalta un contexto cultural que había de por medio. Los judíos y los samaritanos eran pueblos enemigos que tenían un historial de conflictos por cientos de años atrás.
En el momento en el que esta conversación sucedió, Jesús estaba estableciendo una conversación con la mujer samaritana y es a través de ésta que la mujer logró identificar que Jesús no era cualquier persona, que había algo diferente en él. Ella lo menciona de esta manera: “seguro que es profeta”. Así que, cuando la mujer se ve a sí misma frente a un “profeta” lo primero que surge a su mente es la siguiente pregunta: “¿dónde habremos de adorar a Dios?”.
Los judíos y los samaritanos tenían opiniones distintas acerca del lugar físico y geográfico en donde se supone que deberían de adorar a Dios. Los samaritanos decían que era un lugar en particular y los judíos que era otro. Sin embargo, ambos estaban firmemente convencidos de que el lugar que decían era el correcto.
Ahondado un poco más en la pregunta de esta mujer y poniéndola en perspectiva, estaba preguntando algo como esto: “¿dónde debemos de adorar a Dios?”, “¿en el formato que mi cultura me ha enseñado?” o “¿será que debería de hacerlo en el formato en el que otros lo están haciendo?”.
Una respuesta acerca de la adoración
Juan4.21 Jesús le contestó:—Créeme, querida mujer, que se acerca el tiempo en que no tendrá importancia si se adora al Padre en este monte o en Jerusalén. 22 Ustedes, los samaritanos, saben muy poco acerca de aquel a quien adoran, mientras que nosotros, los judíos, conocemos bien a quien adoramos, porque la salvación viene por medio de los judíos. 23 Pero se acerca el tiempo—de hecho, ya ha llegado—cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. 24 Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. (Ntv)
Esta es la respuesta que Jesús le dio a esa mujer: “se acerca el tiempo en donde no tendrá importancia”.
Jesús le explicó a la mujer que el tiempo que vendría después de su muerte y su resurrección haría que no fuera realmente importante la ubicación geográfica. En realidad no tenía importancia si se le adoraba en el monte de Samaria o en Jerusalén.
Considerando la respuesta de Jesús, podemos ver un paralelo acerca de lo que es importante y lo que no cuando hablamos de adoración.
Su respuesta nos enseña que no es importante el lugar geográfico sino que le da mayor enfoque a la forma en la que sucede. Es decir, no importa el lugar sino la manera y la manera en la que el Señor enseña adorarlo es en espíritu y en verdad.
Un dilema
Para muchos, la opción de dejarse llevar por un formato u otro ha sido un verdadero dilema. Posiblemente algunos se han sentido presionados al tener que ofrecer una transmisión en línea mientras que para otros ha sido estresante tener que volver a ofrecer las reuniones presenciales.
Este artículo no tiene el propósito de decirte cuál de los dos formatos es el correcto o el más adecuado para ti. Más bien, nuestra intención es traer paz y ánimo a aquellos que sinceramente desean adorar a Dios y han sentido la incertidumbre de que el formato que han estado usando sea “el monte correcto”.
Regresando a la respuesta de Jesús, si pudiéramos de alguna manera utilizarla para contestar esta pregunta, podría sonar algo como esto: “se acerca el tiempo en donde no importa si es presencial o en línea pero los que adoran, deben hacerlo en espíritu y en verdad.”