El secreto de la innovación

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El secreto de la innovación

El secreto de la innovación.

Sin duda alguna, la innovación siempre ha sido una cualidad que nuestra sociedad celebra. En los negocios, en la música, en las artes, en los deportes, en fin, en todos las áreas que componen la sociedad la innovación siempre será algo popular y la meta de muchos.

Esta cualidad se valora tanto, que no solo es un asunto de preferencia o de apreciación por algunas personas sino que existen premios nacionales que gobiernos otorgan para incentivar a las empresas y las tecnologías a continuar su proceso de mejora y a competir para ser los más innovadores. Es por esto que en revistas, en artículos y aún en series y documentales, siempre resaltan las empresas que son reconocidas por la innovación.

Hay algo atractivo hacia la palabra; hacia la idea; hacia el concepto de ser innovador. Es una especie de logro en el que alguien ha encontrado o ha desarrollado algo nuevo lo cual será de la apreciación de todos los demás y a la vez, un nuevo estándar establecido.

Para nosotros como equipos creativos, este tema no debería ser la excepción, sin embargo, ante un tema tan presente y tan popular lo que es importante es que para nuestros equipos deben haber mucha claridad acerca de lo que innovación significa para nosotros como ministerios que existen para servir a la iglesia, y es este el propósito de esta entrada. Es traer una idea sobre la mesa acerca de lo que significa una verdadera innovación.

No es una moda.

Comenzamos partiendo de la idea fundamental en la que debemos tener en mente que en sí la innovación no es una moda o una tendencia. No es algo que buscamos para tratar de expresar estar actualizados con todo lo nuevo. No es algo que debe producir un sentido de competencia para recibir el “premio” de ser el más innovador.

Más que una moda, o un estatus, la innovación es más bien una herramienta. Es una manera de trabajar y de hacer las cosas.

Existe una tentación cada vez que vemos una “novedad” en alguna organización o ministerio. Y la tentación es de querer “copiar” o “imitar” a ese ministerio o iglesia simplemente porque lo que hacen es nuevo, y pasar por algo realmente el “por qué” han hecho ese cambio.

Cuando caemos en esa tentación lo que sucede es que terminamos cambiando todo, sin que realmente exista un fruto o una mejora en la manera en la que servimos a la iglesia y a la gente.

Es como estar “a la moda” y ya. Es encontrar una nueva presentación externa sin que realmente haya algún beneficio interno.

Así que ¿cómo podemos entender la innovación como una herramienta?

Es una herramienta.

La innovación tiene el propósito de que todo lo que hacemos pueda ser mucho más productivo, que pueda dar mucho más rendimiento y que pueda facilitar el proceso de todo lo que estamos construyendo.

Más allá de ser algo que se vea muy “tecnológico” o “futurista”, la innovación es algo que debe ser funcional y que potencializa.

Piénsalo así, imagina que en una construcción un grupo de trabajadores están usando sus palas para excavar y hacer un pozo para establecer un cimiento. Mientras todos ellos trabajan arduamente de pronto llega un trabajador con una pala de color roja, con luces led implementadas, una bocina integrada para escuchar música y un logotipo de una marca que suena como algo del futuro… “Palatronic 3000”.

¿Sería eso algo realmente innovador?

Quizá a todos los trabajadores les llame la atención esa pala por ser diferente, por ser más estética y por tener caracteristicas nuevas, sin embargo, a la luz de la innovación, realmente esa pala no sería innovadora, ya que al final, no produce más rendimientos o reduce el esfuerzo. Sigue funcionando igual que cualquier otra pala.

En este ejemplo, una verdadera innovación sería que mientras todos los trabajadores, junto al amigo con su pala palatronic 3000, de pronto llegara una persona con una excavadora. Quizá no sería muy estética, no sería muy presentable, pero definitivamente haría el trabajo más fácil, más eficiente y más productivo. Esta sería por excelencia una verdadera innovación.

Una búsqueda por innovar.

Así que, queremos traer esta perspectiva para producir dos cosas en nosotros cuando leemos la palabra “innovador”. Primero, darnos el sentimiento de que no necesitamos presionarnos por buscar todo aquello que es “novedoso” o “nueva tendencia” solo porque sí.

Segundo, esta perspectiva debe darnos una visión clara para preguntarnos “¿qué realmente es productivo para nuestro ministerio?”.

Esto es importante ya que, quizá lo que es innovador para algunos, no lo sea para nosotros necesariamente.

Así que: Seamos innovadores, busquemos nuestra propia definición de innovación para saber qué es aquello que tiene la capacidad de hacer más productivo nuestro trabajo y ayudarnos a ser mejores en nuestro proceso de edificar y servir a la iglesia.