Aprovechando oportunidades para alcanzar a mas
A lo largo de las festividades decembrinas, es común escuchar preguntas y planteamientos respecto a la posición que la iglesia debe de tener frente a ellas. Este tiempo sobreabundan preguntas como: ¿por qué celebrar el nacimiento de Jesús en Navidad cuando deberíamos de tenerlo presente durante todo el año? O ¿no se supone que debemos de hacer énfasis en la familia, el amor y la generosidad durante todo el año y no sólo en esta época? ¿por qué debemos de buscar la voluntad de Dios y sus propósitos en enero cuando comienza el año en lugar de hacerlo constantemente?
Este tipo de cuestionamientos son completamente válidos. Es cierto, parte de nuestro cristianismo implica recordar el nacimiento de Jesús durante todo el año, al final de día es la base de nuestra fe. Así mismo, buscar la voluntad de Dios todos los días sin importar la fecha en el calendario es lo más sabio que podemos hacer.
Entendiendo lo anterior, ¿qué propósito tendría entonces sumarnos a una celebración popular? Fuera de darte una postura frente a esto y de ahondar en el contexto de las festividades, quisiéramos aprovechar este artículo para traer sobre la mesa una perspectiva diferente acerca de las festividades en el calendario de nuestra sociedad.
Vivan sabiamente entre los que no creen en Cristo y aprovechen al máximo cada oportunidad.
Colosenses 4.5 (NTV).
Una de las conductas que vemos con mayor frecuencia a lo largo del ministerio del apóstol Pablo es que tomaba cada situación que se le presentaba y la convertía en una oportunidad para compartir el evangelio. Ya sea que se encontrara en un templo o en una barca durante un naufragio, Pablo veía cada acontecimiento como una plataforma perfecta para poder dar a conocer el mensaje de esperanza de Jesús. Lo más impresionante de esto es que el mismo Espíritu Santo que guiaba a Pablo en sabiduría e inspiración para hacer eso, mora en nosotros y nos puede ayudar a hacerlo de la misma manera.
Sería suficientemente importante usar a Pablo como un ejemplo de cómo transformar eventos cotidianos en grandes oportunidades de evangelización, pero aún más importante que Pablo, Jesús mismo nos enseña a hacerlo. Es más, fue de Jesús de quien Pablo aprendió a hacer esto.
A lo largo de la Palabra vemos a Jesús participando de las festividades tradicionales dentro de la cultura judía y aprovechándolas para dar enseñanzas acerca del reino de los cielos. Al igual que Pablo, Jesús compartió el mensaje tanto en una sinagoga como en un pozo de agua. Él utilizó momentos, situaciones y festividades cotidianos para dar a conocer el mensaje del evangelio.
Regresando a los planteamientos con los que abrimos este artículo y tomando en cuenta el modelo y el ejemplo de Jesús y del apóstol Pablo, concluimos que a pesar de que como cristianos celebramos el nacimiento de Jesús durante todos los días del año, utilizar las festividades decembrinas para predicar de Él puede ser una gran oportunidad. Al final de cuentas, en esta época la sociedad presenta una apertura y sensibilidad especial para escuchar acerca de la historia de la Navidad: el nacimiento de Jesús.
Aprovechemos no solo éstas sino cada oportunidad que tengamos para continuar la tarea que nos fue asignada y compartamos el mensaje de esperanza de Jesús.