Imagina lo siguiente:
Tu idioma nativo y el principal es el español. Y un día recibes un llamado de Dios para ir a compartir el evangelio a una etnia que se encuentra en otro continente. Tomas los medios de transporte necesarios para llegar A ese lugar, hasta que llegue el momento en el que ya estás ahí. La parte importante de lo que estás por hacer es que tú ya tienes el mensaje de esperanza contigo, conoces el evangelio y sabes cómo enseñarlo sin embargo, hay un reto latente que es vital y es la pieza fundamental en esta situación: “el idioma”.
Comenzamos diciendo que tu idioma principal es en español, pero no sabemos cuál es el idioma de esa etnia. En este caso, nos daremos cuenta que no sólo es importante tener todo el conocimiento del Evangelio, sino también es importante entender el lenguaje o el idioma de las personas a las que les estamos hablando, ya que no sería muy útil tener el evangelio nuestra mente pero luego no tener la capacidad de comunicarlo.
Éste ejemplo es real y ha sucedido en muchas ocasiones. Tenemos innumerables historias de misioneros que han tomado el admirable reto de aprender lenguas e idiomas extranjeros con el propósito de poder llevar el evangelio y comunicarlo efectivamente, pero aunque esto es algo que es muy evidente en este tipo de historias entre misioneros, sería un error pensar que ese trabajo es exclusivo de los misioneros que van a las etnias, en realidad este trabajo es de todos.
Nuestro trabajo
Es sumamente importante entender que el trabajo de entender el lenguaje de las personas a las que hemos de compartirles el mensaje de esperanza no sólo es de los misioneros que salen a lugares extranjeros, sino que es el trabajo de la iglesia en donde se encuentra.
Y el fin y de esta dinámica no es en sí sólo aprender un idioma, sino tener la habilidad de poder comunicar el mensaje de una manera efectiva, clara y entendible.
En realidad, es una posibilidad que nuestro idioma sea el español, y hablándole a personas hispanohablantes, fallemos en comunicar el mensaje a pesar de que hablemos el mismo idioma. Esto es porque no sólo se trata de entender un idioma, signo de entender el lenguaje que habla los receptores a quienes estamos comunicando.
¿Conocemos el lenguaje?
Es por esto que por un medio de esta entrada queremos traer sobre la mesa la importancia de no sólo asegurarnos de hablar el mismo idioma, sino de procurar entender el lenguaje de aquellos a quienes estamos hablando. La pregunta que queremos traer en la siguiente ¿conoces el lenguaje de esta nueva generación?
Muchas veces podemos dar por hecho que estamos comunicando por el simple hecho de hablar, pero en realidad nuestro énfasis no sólo debe ser el de hablar sino el de comunicar efectivamente.
Ayudas efectivas
Es por esto que todos nosotros que somos llamados a comunicar el mensaje de Jesús debemos ser personas que procuran crecer en su habilidad para comunicar. La buena noticia es que no depende enteramente de nuestra capacidad personal, sino que también podemos echar mano de diferentes ayudas que sean efectivas para poder comunicar.
A continuación queremos compartir contigo tres herramientas sencillas que siempre han sido por excelencia las mejores maneras de comunicar.
1. Storytelling
Contar historias siempre ha sido y seguirá siendo la mejor manera de comunicar un mensaje. A lo largo de toda la humanidad hemos visto que los mejores mensajes son recibidos cuando vienen dentro del paquete de una historia. Nuestro señor Jesucristo lo hizo de la misma manera, las parábolas básicamente eran una herramienta en la que el señor contar una historia para dejarnos una gran enseñanza.
Si quieres dejar algo firme en el corazón de alguien, envolver ese mensaje dentro de una envoltura de una historia siempre va a ser la manera más efectiva. Es por esto que debemos de ser muy intencionales en constante mente estar pensando, leyendo o escuchando historias que puedan servir como un medio para comunicar un mensaje.
2. Ayudas visuales
Si hay algo que caracteriza esta nueva generación de la era digital, es que es una generación totalmente audiovisual. Es por esto que alguna herramienta audiovisual como lo puede ser algún video, alguna película, algún fragmento de alguna canción, o alguna imagen, en fin… Alguna herramienta audiovisual que pueda servir como una referencia gráfica dentro de la imaginación de todos aquellos que nos están escuchando siempre será una buena opción.
Aunque no pareciera ser muy presente esto en las enseñanzas de nuestro señor Jesús, en realidad él también utilizó este tipo de herramientas para comunicar. Lo vemos en momentos como cuando tomaban algo gráfico y lo usaba como un ejemplo. Es como cuando tomó a un niño y lo puso encima de una mesa y dijo “el que no es como uno de estos no heredarán el reino de los cielos“. En realidad lo que el señor está usando era una ilustración palpable para comunicar un mensaje que se quedara en el corazón de los discípulos.
3. Un ejemplo de vida
Por último, de hecho es el mensaje más impactante de todos, es cuando comunicamos un mensaje qué es expresado no sólo por nuestras palabras sino por nuestra manera de vivir. En la Biblia se dice que Jesús enseñaba como quien tenía autoridad a diferencia de los fariseos, y la diferencia se encontraba en que los fariseos sólo enseñaban lo que sabían, y Jesús compartía lo que vivía.
Resumen
Así que en pocas palabras, nuestro reto no sólo es hablar, sino realmente comunicar. Constantemente debemos estar pensando en maneras creativas de poder ser mejores comunicadores del mensaje eterno que trae esperanza a todas las generaciones.
