Todo el tiempo estamos expresando algo, sea intencional o no, realmente los seres humanos tenemos esta capacidad de comunicar constantemente. Es lo que conocemos comúnmente como comunicación verbal y comunicación no verbal.
O puede ser con palabras, o también con lo que transmitimos con nuestro lenguaje corporal, pero la realidad de esto, es que la manera en la que expresamos no se limita solamente a palabras o a posturas físicas, sino también expresamos algo mediante nuestras actitudes, nuestras acciones, nuestras prioridades, Y nuestras actividades.
Esta realidad, resulta muy interesante a la hora de considerar que el llamado que Jesús nos ha dejado a cada uno de nosotros sus seguidores, tiene que ver con comunicar un mensaje, el mensaje de salvación. Por decirlo de otra manera, las capacidades y las cualidades para llevar a cabo esta tarea, Las llevamos en nosotros por el simple hecho de ya ser seres humanos.
Es por esto que es tan importante cada vez que alguien se suma a un ministerio a servir sin importar la característica del ministerio. Quizá algunos pudieran pensar que solamente el ministerio de alabanza o el ministerio de la predicación son los que tienen la oportunidad de comunicar el mensaje de Jesús, pero la realidad es que esto no es necesariamente cierto.
La realidad es que cada área de la iglesia, cada ministerio, y cada cosa que hacemos como equipos tiene la capacidad y el potencial de comunicar el mensaje de Jesús de una manera clara y efectiva a pesar de qué no tengamos un micrófono en la mano.
Por medio de esta entrada queremos traer a la mesa este pensamiento, ya que puede llegar a ser muy común pensar que por el hecho de qué nuestro ministerio, nuestras actividades, y nuestro equipo no está vinculado directamente con exponer un mensaje de una manera verbal, nosotros no tenemos la responsabilidad de comunicar el mensaje, lo cual ese equivocado. Cada ministerio en la iglesia tiene la bendición y el privilegio de poder comunicar el mensaje de Jesucristo desde su trinchera.
¿Cómo lo hacemos?
Primero tenemos que reconocer que no todos los ministerios son iguales, que no todos los ministerios tienen las mismas actividades, que no todos los ministerios tienen que funcionar de la misma manera, pero a la vez tener presente en nuestro corazón y nuestra mente que todos los ministerios si tenemos una misma expresión, en otras palabras, expresamos el mismo mensaje al mundo.
Debemos de tener muy presente la idea de que la responsabilidad de entregar el mensaje de Jesús no sólo es del predicador, es de todos los ministerios dentro de la iglesia.
Efesios 3.10 El fin de todo esto es que la sabiduría de Dios, en toda su diversidad, se dé a conocer ahora, por medio de la iglesia, a los poderes y autoridades en las regiones celestiales,
Éste versículo ilustra de una manera grandiosa y muy gráfica esta realidad de cómo Dios usa diferentes herramientas, diferentes personas, diferentes equipos, y diferentes áreas para mostrar al mundo su sabiduría y su amor.
Repetidas veces vemos en la Biblia esta idea de que el cuerpo tiene muchas partes, y cada una de ellas son diferentes, pero cada una de ellas a la vez sirve para una misma función.
También lograr comprender esta idea, nos puede ayudar a valorar y considerar el privilegio qué es comunicar el mensaje de Jesús desde donde yo estoy. Definitivamente esto tiene que ser un cambio en mi manera de actuar, de poner prioridades, y de llevar a cabo las cosas con la actitud que lo hago.
El nuevo testamento es un gran ejemplo acerca de cómo la iglesia funcionaba, y comunicaba desde cualquier lugar en donde las personas servían. Tenemos el ejemplo de unos meseros (Véase en Hechos capítulo 6), que mientras servían a las mesas eran usados poderosamente por Dios para reflejar al mundo que Dios estaba obrando a través de su iglesia.
Es por esto que queremos animarte y recordarte que tu ministerio, el área en el que tú sirves, sin importar que tengas un micrófono en mano o no, sigue siendo una plataforma por medio de la cual el mensaje de Jesús sigue y seguirá siendo comunicado.
Recuerdalo así: somos muchos ministerios, pero tenemos una misma expresión.