Hay un lugar que Jesús quiere que descubras

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Hay un lugar que Jesús quiere que descubras

Lucas 10: 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. (RVR1960)

Cuando leemos el nuevo testamento encontramos que cada uno de los sucesos que los evangelistas narran sin dudar contiene una riqueza de enseñanzas y de inspiración divina suficiente como para mostrarnos de una manera tan bella quién es Jesús.

Esta historia que hemos mencionado al inicio esta entrada, sin duda es una Muy famosa y conocida entre los lectores del nuevo testamento.

Sobre todo porque dentro de las enseñanzas que podemos recibir dentro de este suceso, tiene mucho que ver con nuestro servicio, y el corazón con el que servimos a Jesús sin embargo, hay un tesoro fascinante dentro de las palabras que Jesús le dijo a Martha, Y es precisamente este tesoro el cual queremos considerar por medio de esta entrada.

“Hay un lugar que Jesús quiere que descubras”

Usamos la expresión “revelación“ al conocimiento que podemos obtener de Jesús a la luz de los párrafos de la Biblia. Revelación tiene que ver con conocer quién él es, cuál es su voluntad, y cuál es su personalidad.

Piénsalo así, cuando Jesús caminó entre nosotros aquí en la tierra, todos sus seguidores constantemente estaban teniendo una revelación tangible de quién era éste mesías prometido. Por medio de cada suceso por medio de cada situación y a través de cada enseñanza los discípulos podían ir conociendo cada vez más al Señor.

La revelación que los seguidores de Cristo Jesús tenían, no fue el producto de un “curso“ o una enseñanza en particular que Jesús dio, mas bien fue el continuo aprender escuchar y ver a Jesús mientras ellos le seguían.

Gracias a Dios por la Biblia, y por qué por medio del nuevo testamento podemos leer esa revelación que sus seguidores tuvieron a través del lapso de esos años que estuvieron caminando con Él.

Al leer los evangelios, podemos ir percibiendo de la misma manera, A Jesús mostrando su corazón y su persona en cada situación y a través de cada enseñanza.

La historia de María y Marta que hemos mencionado, en particular, nos enseña algo tan fascinante y a la vez tan intrigante cuando nos detenemos a leer específicamente las palabras de Jesús.

Un lugar conocido

Lo primero que nos encontramos en esta historia, es Jesús visitando una casa, y una mujer que conocemos como Marta, que de una manera lógica y de una manera obvia, tomó la decisión de comenzar a servir, y organizar todo para que la cena que estaba por suceder pudiera llevarse a cabo de la manera adecuada.

Por decirlo otra manera, Marta estaba operando y sirviendo en un plano de una revelación obvia y lógica.

En realidad Marta no estaba actuando de una manera extraña ni teniendo un comportamiento equivocado, ella tenía el corazón correcto, ella quería servir.

El lugar en el que ella estaba navegando, era en el lugar conocido por todos los seguidores de Cristo Jesús. De hecho hasta el día de hoy la mayoría de nosotros caminamos por este lugar conocido que es servir a Jesús de 1000 maneras diferentes.

Servir, es la respuesta natural cuando sabemos que Jesús está cerca de nosotros, queremos adorarlo y de alguna manera responder a su presencia entre nosotros.

Sin embargo, lo intrigante esta historia sucede cuando vemos que María está haciendo algo distinto a Marta, aparentemente ella está tomando una actitud equivocada y tomando acciones erróneas sin entender lo que se necesita hacer en ese momento.

Marta le pide a Jesús que pueda corregir a María porque aparentemente ella no está haciendo lo que se debe hacer en ese momento, ella no está sirviendo, ella no está haciendo lo obvio.

Si pudiéramos ponernos en los zapatos de Marta, probablemente pensaríamos algo similar a lo que ella pensó acerca de María. A primera vista María no estaba haciendo nada, quizá pensaríamos que tiene una mala actitud, o quizá que simplemente ignora el hecho de que podemos hacer muchas cosas para servir a Jesús.

Sin embargo…

Un lugar por descubrir

La respuesta de Jesús es sumamente disruptiva ante lo que nuestra mente lógica u obvia pudiera pensar.

Jesús le dijo A Marta que es lo que María estaba haciendo estaba muy lejos de ser falta de servicio, o una actitud incorrecta. Más bien lo que Jesús le reveló a Marta de una manera impresionante, que justo es lo que nos revela nosotros el día de hoy, es que aunque María no estaba haciéndolo obvio o lo lógico, María estaba navegando por un lugar desconocido para Marta.

María acaba de encontrar un lugar que no era conocido por muchos, un lugar de relación íntima que está fuera del alcance lógico de lo que toda una comunidad de personas que estaban acostumbradas a siempre tener que hacer algo por Dios.

María había descubierto que su fe no se trataba mucho sobre lo que ella podía hacer para Jesús, sino que en sí la esencia de su fe más bien se trataba de precisamente estar con Jesús.

Una invitación

La invitación de estos versos para cada uno de nosotros, tiene que ver con ir más allá de la revelación de lo lógico o lo obvio cuando nos acercamos a Jesús. Quizá cada vez que lo buscamos sintamos la necesidad de hacer algo por él, quizá servir, quizá hacer buenas obras de caridad, sin embargo, esta historia aunque no reprueba todo lo bueno que podemos hacer para adorar a Dios, nos recuerda que hay un lugar todavía más especial que que trasciende más allá de lo que hacemos, y tiene que ver con que estemos.

Tiene que ver con estar con Jesús, tiene que ver con buscarlo a él por quien Él es, y poder conocerlo de una manera personal e íntima.

Y es este lugar de relación y de devoción  el que Jesús quiere que descubramos.