Excelencia vs Perfeccionismo

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Excelencia vs Perfeccionismo
Excelencia VS Perfeccionismo

Una de las cualidades que caracteriza a todo el líder es que siempre busca y espera excelencia de todo aquello que se hace.

Definitivamente la excelencia es una gran cualidad para todo lo que se hace. Realmente este tema no es algo que debe ser extraño en el lenguaje de un líder. Por decirlo de otra manera, este debe ser un tema dentro de la normalidad del desempeño de un líder, sin embargo, por medio de esta entrada el tema que queremos traer a la mesa y del que queremos tener perspectiva, es tener la capacidad de identificar a un sutil impostor que en muchos de los casos hace de las suyas en nuestros equipos, trayendo problemas y sin darnos cuenta de la razón de estos problemas.

El tema que queremos compartir contigo el día de hoy es que la excelencia no es lo mismo que el perfeccionismo.

Así que por medio descentrada trataremos de dar una perspectiva muy evidente acerca de cómo se ve la excelencia y de cómo se ve este enemigo disfrazado de excelencia que realmente es perfeccionismo.

1.El criterio

La primer manera en la que podemos identificar cuando estamos operando con una intención de excelencia, o cuando realmente es nuestro deseo de perfeccionismo es cuando evaluamos detenidamente el criterio que estamos usando para determinar si algo es excelente o no lo es.

Cuando hablamos de equipos creativos dentro de la iglesia, entendemos de una manera general que cada equipo dentro de la iglesia tiene la intención final de poder dar a conocer el mensaje de Jesús, y de poder servir a cada uno de los miembros de la iglesia.

Cuando hablamos de equipos creativos dentro de la iglesia, entendemos de una manera general que cada equipo dentro de la iglesia tiene la intención final de poder dar a conocer el mensaje de Jesús, y de poder servir a cada uno de los miembros de la iglesia.

Así que teniendo en mente este criterio, por ejemplo la excelencia siempre va a buscar mejorar y crecer en la capacidad de dar a conocer el mensaje de Jesús.

Y a su vez, siempre va a estar tratando de mejorar en su capacidad de poder servir a cada uno de los miembros de la iglesia.

Por supuesto que buscando la excelencia habrán momentos en los que hay en frustración, o fricciones por no estar alcanzando esta excelencia.

Pero en la búsqueda de la excelencia la frustración siempre va a ser cada vez que estemos fallando en no comunicar bien el mensaje de Jesús, o en no servir a las personas.

En cambio cuando operamos en nuestro perfeccionismo, el criterio que usaremos para desempeñar el ministerio, será distinto.

El perfeccionismo siempre nos hará desenfocarnos de la tarea de proclamar el mensaje de Jesús, o de servir a la iglesia, y hará que nuestros ojos estén puestos en nuestro desempeño, nuestra reputación, nuestro renombre y reconocimiento.

Cuando estamos operando de una manera perfeccionista, las frustraciones o fricciones no serán la falta de servicio a la gente o reconocimiento del mensaje de Jesús, sino, la frustración será el “quedar mal”, ante la gente; no recibir reconocimiento o ver que otros están siendo mejores que nosotros y sentir una competencia que no debería de existir.

¿Cuál es tu criterio para ser excelente?

La excelencia: servir a otros y dar a conocer a Jesús.

El perfeccionismo: competir con otros, y ser reconocidos por la gente.

2.Las formas

Otra de las maneras en las que podemos darnos cuenta que estamos operando en excelencia o en perfeccionismo es precisamente en las formas en las que desempeñamos todo lo que hacemos.

Al hablar de las formas, nos referimos no al resultado que damos, Sino en la manera en la que caminamos el proceso para dar ese resultado.

Debemos saber que no solo es importante llegar a la meta, sino que en dios también es importante como transitamos el camino para llegar ahí.

Cuando operamos con un corazón de excelencia, nos daremos cuenta que es igual de importante la meta como todas las personas que son parte del equipo para llegar ahí.

La excelencia nunca permitirá que lleguemos a un resultado a costa de nadie.

La excelencia nunca permitirá que lleguemos a un resultado a costa de alguien.

En cambio el perfeccionismo, Solamente está enfocado en el resultado.

Para el perfeccionismo es más importante llegar aunque algunos se queden en el camino.

La excelencia sabe que el logro tiene que ser íntegro, y el perfeccionista piensa que lo importante es llegar sin importar como.

La excelencia sabe que el logro tiene que ser íntegro, y el perfeccionista piensa que lo importante es llegar sin importar cómo.

¿Cómo llegaremos a la meta?

La excelencia: todos juntos

El perfeccionismo: a como dé lugar.

3.El resultado

Por último, otra de las maneras de las que podemos a ver cuando estamos operando en excelencia buen perfeccionismo es cuando por fin llegamos al resultado que estábamos esperando.

La excelencia sabe detenerse para reconocer el trabajo de todos aquellos que fueron parte, y también sabe detenerse para disfrutar el gran logro que se ha alcanzado.

Y a diferencia de esto, el perfeccionismo opera de una manera totalmente distinta.

El perfeccionismo después de un gran logro siempre termina con un sentimiento de insatisfacción buscando apresurarse a obtener un nuevo logro y un nuevo éxito.

Para el perfeccionismo detenerse para agradecer y disfrutar es una pérdida de tiempo ya que hay “mucho que hacer”.

No hay tiempo para disfrutar, no hay tiempo para celebrar, ni mucho menos para agradecer, ya que el perfeccionismo piensa que al final, los que hicieron el esfuerzo hicieron lo que tenían que hacer y se acabó.

En conclusión

Estos tres puntos que hemos mencionado, son una manera panorámica y general de cómo se ve la diferencia entre el perfeccionismo y la excelencia.

En realidad hay muchas otras maneras en las que pudiéramos darnos cuenta, pero creemos que por lo menos estas tres ideas nos dan una perspectiva clara de cómo darnos cuenta la manera en la que estamos operando.

la naturaleza de la iglesia siempre es avanzar, pero recordemos, para Dios es importante no solo que avancemos, sino también cómo avanzamos.