Nunca olvidaré esas escenas cómicas en las caricaturas cuando yo era niño, en particular, me refiero a la clásica escena en donde algún personaje está corriendo persiguiendo a alguien o huyendo de alguien y mientras corre, por alguna extraña razón se encuentra con una cáscara de plátano en el suelo la cual provoca un resbalón y una tremenda caída.
En realidad no sé cómo llegaron a la conclusión de usar un elemento como ese para hacerlo parte de las aventuras de muchas caricaturas que repetían esa misma caída graciosa. Sobre todo, imaginando que la situación fuera real, sólo imagino lo que el personaje pudiera pensar en ese momento al resbalarse con la cáscara de plátano, ¿a quién se le ocurre dejar algo como esto en el suelo, y cuál es la probabilidad de qué me suceda esto a mí?, y sí … Es algo sumamente improbable.
El punto de esto es que, imaginando que pudiera ser una situación real, sería muy interesante cómo es que algo así pudiera suceder. Primero hablaríamos de una persona que está disfrutando de un plátano, que al terminarse lo decide pensar tirar la cáscara al suelo. Quizá la tira en el suelo por un mal hábito, o quizá por prisas, o quizá porque no hay un bote de basura cerca, en fin, esta persona simplemente estaría pensando en tirar basura al suelo, sin tener idea alguna que más adelante ese acto aparentemente no trascendental o irrelevante, resultaría en el tropiezo de un personaje que está en medio de una persecución y, siendo justamente esa inofensiva cáscara la razón de un gran resbalón.
Aunque pareciera un ejemplo quizá tonto, pienso que ilustra la idea de una gran verdad que debemos de tener presentes a la hora de considerar todo lo que creamos como creativos. O quizá hay días en los que con un gran esfuerzo y un gran empeño creamos algo de una manera muy intencionada y con un propósito. Pero quizá también hay otras ocasiones en las que pareciera que lo que hacemos no tiene sentido, o quizá no pudiera tener tanta trascendencia, por decirlo así pareciera que simplemente estamos tirando una cáscara de plátano al suelo y que esto será completamente inofensivo.
Pero la realidad de lo que queremos hablar por medio de esta entrada, es tener en mente la realidad de que todo lo que creamos si trasciende.
Hemos hablado de las caricaturas, pero si habláramos de algo un poco más serio Como la filosofía, podemos entender que los filósofos griegos estaban muy conscientes de la realidad de la ley de la causalidad.
Ellos meditaron y llegaron a la conclusión de qué en realidad todo lo que hacemos trasciende. Todo lo que nos rodea tiene el efecto “causa-efecto“, ya sea una labor elaborada, o un simple comentario, en realidad todo impacta nuestro entorno produciendo un efecto.
Y es por eso que al tomar esta perspectiva, debemos tener en mente que cuando creamos, no creamos por el simple hecho de crear, sino que todo aquello que hacemos en el futuro tendrá un efecto.
El apóstol Pablo era consciente de la importancia de asignarle un propósito a cada cosa que él hacía, es por eso que él usó la expresión “no doy golpes al aire“ (1 Corintios 9.26), él estaba comprometido con el propósito que Dios le había dado y él se esforzaba continuamente por sacarle un provecho en pro de la misión con cada cosa que él hacía.
Queremos animarte abrazar esta manera de ver lo que hacemos, ya que así evitaremos caer en la idea de que algunas cosas que hacemos son importantes y otras no lo son, en realidad todas son importantes sobre todo si le asignamos propósito de una manera conciente.
No creamos por crear, creamos con un propósito, tenemos una misión, y todo lo que hacemos tiene significado.
No seamos como los que piensan que hay momentos en los que golpeamos el aire, en realidad siempre estamos golpeando algo, siempre estamos tocando algo, siempre estamos influenciando impactando nuestro entorno con todo lo que hacemos, así que, que importante poder cobrar esta perspectiva para servir a todos los que nos rodean, y seguir llevando a cabo la misión que Dios nos ha dado, al final del día recuerda, todo lo que hacemos trasciende, Y aún si hay algo que hayas hecho que pareciera ser completamente Insignificante como una cáscara de banana, recuerda quizá esa insignificante cáscara de banana el día de mañana si el instrumento que haga qué algún personaje cómico se resbale y niños se ríen disfrutando de una caricatura.