¡Ayúda mi pastor quiere que pueda leer su mente!

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¡Ayúda mi pastor quiere que pueda leer su mente!
¡Ayúda mi pastor quiere que pueda leer su mente!

Estábamos en esa junta tratando de aterrizar las ideas y de ver la manera de resolver la logística acerca de los próximos proyectos que estaríamos realizando como iglesia.

Era una junta creativa y habían muchas ideas sobre la mesa, y unas cuantas de ellas me tocaban a mi.

Mientras consideraba todo aquello que me correspondía, comencé a hacerle diferentes preguntas a mi pastor acerca de lo que él esperaba acerca de estos proyectos, para lograr entender lo que tenía en mente a lo que él me respondió: “espero que puedas leer mi mente” y luego nos echamos a reír.

Después me dijo: “esto es en parte broma, pero en parte en serio”.

Soy una persona que es apasionada por los retos así que mi nuevo e inesperado reto estaba delante de mi: Aprender a leer la mente de mi pastor.

Si estás leyendo esto, sé sin temor a equivocarme que eres parte de uno de dos grupos de personas, o eres de los que sintió intriga al ver esta entrada, o eres del segundo grupo que son todos aquellos que saben que su pastor espera que puedan leer su mente.

Seas de cualquiera de los dos grupos de personas que acabo de mencionar, quiero decirte que después de años me di cuenta que sí es posible tener un tipo de intuición y conocimiento de tu pastor de tal manera que pareciera que realmente puedes leer la mente tu pastor. Así que la intención detrás de esta entrada, es compartir contigo algunos consejos acerca de cómo leer la mente de tu pastor.

¿Por qué es importante?

Antes de entrar a los puntos prácticos de esta entrada, creo que es importante dar un poco de contexto acerca de la importancia de esto que estamos hablando.

Por supuesto que en un mundo ideal entendemos que los pastores y los líderes de los ministerios deberían de ser personas que tienen una capacidad increíble de claridad y de comunicación. Pero en el día con día, debemos reconocer dos cosas, primero que los pastores y líderes son personas que también están en desarrollo y en crecimiento, o por decirlo de otra manera, no son perfectos. Y segundo, debemos también tener en mente que normalmente los pastores líderes a la hora de estar ejecutando aquello que les corresponde, tienen un millón de cosas en su mente las cuales hacen que a veces sea difícil la claridad incluso para ellos mismos.

Así que la invitación de desarrollar la capacidad de leer sus mentes, es una manera de poder ser de ayuda y de impulso para los ministerios y para los líderes al momento en el que todo se está llevando acabo.

De esta manera podremos ser esos equipos que facilitan la organización y que hacen que sean cada vez menos los momentos de incertidumbre a la hora de ejecutar el ministerio.

Así que:

¿Cómo leer la mente de tu pastor?

1.Sé un analista a detalle.

Constantemente vemos a nuestros pastores y líderes tomando decisiones, dando dirección, y a veces lidiando con retos que se presentan.

Como equipos normalmente escuchamos finalmente la decisión que se toma, la instrucción que se da, lo que al final se va a hacer ante lo que se presenta.

Todos estamos acostumbrados a esperar la respuesta y llevar a cabo lo que se nos dice, esto por supuesto contribuye a lo que se está haciendo, pero muchas veces solamente estamos esperando recibir la instrucción acerca de lo que se debe de hacer, sin darnos cuenta pasamos por alto el entender “por qué” eso es lo que se debe hacer.

Una manera en la que podemos crecer en esto, es prestarle atención no solo En la instrucción que se nos da, Si no constantemente estar analizando Y tratando de entender el criterio que los líderes están usando para llegar a esa conclusión.

En otras palabras, es tratar de estar constantemente pensando y analizando “¿por qué habrá tomado esa decisión?”.

De esta manera, en las próximas ocasiones cuando se presenta alguna situación, tendremos una idea más clara acerca del criterio que nuestro líder usa para tomar decisiones y estaremos mucho más cerca de saber qué es lo que nuestro pastor quisiera hacer en esta situación.

2.Ve los detalles

Otro de los consejos te queremos compartir contigo es que podamos ser personas que prestamos atención a los detalles.

Muchas veces cuando hacemos la planeación de algún evento, o trabajamos en preparar la logística de un ministerio, nos daremos cuenta que en las juntas se habla de cosas generales.

“Hay que hacer un evento de matrimonios”; “hay que hacer un evento evangelistico”; “hay que hacer un servicio especial de oración de familias”.

Cuando ideas como estas van saliendo sobre la mesa, y sobre todo son constantes en el corazón del pastor, debemos de dar por sentado que en lo que otras palabras lo que él nos está diciendo es que los matrimonios son importantes para él, que alcanzar al perdido es importante para él, y que las familias son importantes para él. De no ser así, no se estaría planeando eso.

Una vez que se planea, debemos prestar atención en los detalles de la planeación.

Qué cosas son importantes para el pastor: “hay que tener un tiempo de alabanza”, o “hay que tener comida y que al final todos puedan quedarse”.

En otras palabras, “tiempo de alabanza”, es un detalle que significa que para el pastor es importante que en cada una de esas reuniones haya devoción. Y “comida para que se queden al final”, para el pastor significa que es sumamente importante crear comunidad.

Debemos ser atentos de los detalles ya que estos significan algo que es importante para la visión de la iglesia.

3.Nunca te quedes con la duda

Por último, cada vez que haya una decisión que el pastor haya tomado o el líder en cada uno de los equipos, y esta decisión se te haga diferente al criterio que comúnmente se ha está usando, nunca te quedes con la duda, siempre acércate y platica con tu líder o tu pastor para saber acerca de estos criterios con la finalidad de seguir siendo un aprendiz y de tratar de capturar el corazón detrás de cómo se hacen las cosas.

Conclusión

Finalmente entendemos que todo lo que hacemos para la iglesia siempre es considerando la voluntad de Dios en su palabra como el fundamento principal e irremplazable. Sin embargo, es muy útil para la organización lograr desarrollar criterios e intuición acerca de cómo se hacen las cosas para poder ser un facilitador a la hora de situaciones que generan incertidumbre.