En las últimas décadas hemos visto el avance de muchas áreas de la sociedad. Posiblemente, lo primero que viene a tu mente cuando hablamos de avances es la tecnología y la innovación. Y si, definitivamente desde la revolución industrial hasta la actualidad hemos visto muchos avances tecnológicos que han buscado obtener mejoras en el desarrollo funcional, productivo y económico de las empresas. Sin embargo, más recientemente hemos visto un notable interés en la parte creativa de los procesos. Por ejemplo, las empresas de tecnología no solo se empeñan por tener el teléfono inteligente más funcional y productivo, sino que también requiere de un diseño atractivo y una excelente mercadotecnia. En otras palabras, la creatividad se ha vuelto un aspecto indispensable, altamente valorado y necesario para cada área de la sociedad.
Lo anterior, ha ocasionado una fuerte competencia en la sociedad entre los “creativos” y los que no lo son y ha llevado a muchas personas a sentir que pertecenes a este segundo grupo. Posiblemente has escuchado a alguien hacer comentarios como: “yo no soy creativo” o “me falta creatividad” o más común aún, cosas como: “yo no sé diseñar”; “yo no sé componer”; “yo no sé escribir”, entre algunos otros comentarios. Es muy importante resaltar que el ser artístico y creativo no son la misma cosa.
Romanos 1.20 dice: «Pues, desde la creación del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios: su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para no conocer a Dios.»
En estos versículos, el apóstol Pablo habla del poder de Dios y su naturaleza divina los cuales nos son revelados en el contexto de la creación. Además de estos dos atributos, Pablo implícitamente está refiriéndose a Dios como el Creador. Dicho de otra forma, Pablo nos presenta al Dios de la creatividad.
En el versículo anterior, vemos que no solo Dios creó sino que tenía un propósito al hacerlo, el cual era que por medio de su creación pudiéramos conocerle más a Él. Por decirlo de otra forma, Dios utilizó su creatividad para comunicar un mensaje. Lo que intento decirte es que la creatividad basada en la perspectiva de Dios tiene el propósito de comunicar. Creamos para comunicar.
Más allá de ser un talento, un don o una habilidad, Dios nos dio a todos la creatividad (la capacidad de crear) para comunicar algo y al final del día, todos los creyentes tenemos el llamado de comunicar el mensaje de Jesús.
Hace rato mencionábamos que es diferente ser creativo a artístico. Todos somos creativos. Algunas personas pueden hacer uso de la creatividad por medio de un talento artístico pero todos podemos ser creativos, es decir, pensar en maneras de poder anunciar el mensaje de Jesús. Si por ejemplo, tu buscas un espacio en tu trabajo para compartir con tus compañeros el mensaje de salvación también estás siendo creativo ideando alguna forma de lograrlo.
Sería muy diferente si cambiáramos nuestra mentalidad y viéramos la creatividad como una forma de crear espacios e idear formas de compartir el evangelio a través de cualquier otro don o habilidad que tengamos, ya sea artística o no. Es posible que no sepas componer, cantar o diseñar pero te aseguro que puedes hacer uso de la creatividad en los dones que si tienes.
Hace unos años conocí una persona que tenía un talento singular por la cocina y era propietaria de un restaurante. En alguna ocasión, esta persona estuvo pensando en maneras en las que pudiera usar esa habilidad para compartir el mensaje de Jesús. De esa forma, esta persona comenzó a tener devocionales con sus empleados como parte de la rutina de trabajo. A pesar de que ella no utilizó la música, el diseño o el arte, fue creativa para comunicar l mensaje de Jesús.
Ahora, cada vez que alguien hable sobre creatividad, te invito a que pienses en ella como una oportunidad de idear formas en las que puedas compartir el mensaje de esperanza a la humanidad.