¿Cómo ayudar a que nuestro equipo crezca en su adoración?

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¿Cómo ayudar a que nuestro equipo crezca en su adoración?

 

Piensa en lo siguiente: estás por iniciar un nuevo ciclo escolar en tu universidad. Llegas ahí y preguntas por los siguientes trámites, los pagos y, más importante aún, el plan de estudios. Después de haber hecho el papeleo, te presentan las materias que estás por cursar en este nuevo ciclo escolar. Te dicen cuáles son, cuántas son, y a la vez, no solo conoces la categoría de clases que estás por ver, sino que también sabes que vas a necesitar estudiar y prepararte para llevar diferentes tipos de proyectos y exámenes. Estos serán los que, al final del día, determinarán si lograste aprender todo lo previamente visto.

De una manera muy básica, estos son los planes académicos que tienen todas las instituciones educativas. Para ponerlo de otra manera, es la presentación de un plan en el que se especifica todo lo que estás por ver y aprender. Además, puedes conocer los lapsos de tiempo que tienes para aprender diferentes temas. Tener esta claridad puntual de cómo avanzaremos en nuestro crecimiento en una institución educativa, como la escuela, nos ayuda a enfocar nuestra mente y esfuerzo en el desempeño y crecimiento propuestos.

Lo que queremos poner sobre la mesa por medio de esta entrada es considerar que, para crecer y aprender, las diferentes instituciones educativas han entendido que se requiere un plan de acción, un plan lógico y un plan con secuencia. La pregunta sería: ¿Nosotros, como ministerios o iglesia, también tenemos un plan, o estamos tratando de improvisar?

Queremos proponer contigo considerar la idea de tener un plan. Aunque la adoración es una expresión que brota de manera espontánea en nuestros corazones, también es cierto que, al igual que en otras áreas como la oración, también debemos crecer.

¿Cómo podemos crecer y ayudar a nuestro equipo a crecer en su adoración?

La respuesta se ve diferente para cada persona. Realmente, no podemos ofrecer una única respuesta que funcione para todos, ya que muchos factores o elementos varían según el contexto cultural. Sin embargo, nunca deberíamos dejar las cosas al azar o que sucedan como por arte de magia.

A lo largo de la historia de la iglesia, vemos que los discípulos entendían la dinámica de la preparación y el crecimiento intencionado. Por esto, Jesús usaba la palabra 'discípulos' para referirse a sus seguidores. Los apóstoles, al iniciar la iglesia primitiva, tenían un plan de acción para enseñar y ayudar a la iglesia a crecer. Vemos en Hechos, por ejemplo, que procuraban la vida de oración, la comunión, la convivencia y las enseñanzas de la doctrina.

Los apóstoles sabían que tenían que educar, que tenían que enseñar a la gente. Más adelante, vemos en el libro de Hebreos que el autor reconocía no solo que había diferentes tipos de enseñanzas, sino también categorías. Hablaba de los rudimentos de la fe, entendiendo que ya tenían los temas clasificados o en categorías de enseñanza.

Estoy seguro de que si hoy tratamos de pensar en el crecimiento no como algo accidental, sino como algo intencional, podremos ayudar verdaderamente a nuestros equipos a crecer. Deberíamos hacernos la pregunta: ¿Cómo puedo ayudar a hacer crecer a mi equipo en su oración? Quizás para algunos sea ayudarlos a crecer en el conocimiento de la Palabra. Para otros, podría ser ayudarlos a crecer en sus vidas de oración. Y para otros, podría ser crecer en su servicio a la comunidad y a la iglesia. En fin, pueden ser un sinfín de áreas que cada uno percibe como una oportunidad de crecimiento para nuestro equipo.

Una vez identificadas, debemos preguntarnos y plantearnos en uno, dos o tres pasos: ¿Qué cosas podemos hacer para ayudar a nuestro equipo a crecer? Así que si a mi equipo le falta crecer en el conocimiento de la palabra de Dios, debería considerar tres actividades que pudieran ayudarlos a crecer. Por ejemplo, número uno, un devocional que cada uno lleve de manera personal pero que todos llevemos al mismo tiempo. Número dos, algún libro de estudio bíblico que podamos compartir. Y número tres, un devocional en equipo en el que podamos estar compartiendo lo que Dios nos está hablando a través de cada versículo que leemos. En fin, no hay nada mejor que sistematizar el crecimiento.

Así como lo han entendido las instituciones académicas, también nosotros debemos llevar un plan de acción para asegurarnos de que juntos podamos crecer en nuestra vida como adoradores. En resumen, queremos invitarte a ser creativo y buscar las áreas específicas en las que podemos asegurarnos de que nuestro equipo crezca. Al entender esta necesidad, también podemos establecer sistemas o programas que puedan funcionar de manera fija y constante. De esta manera, cuando se incorporen personas nuevas a nuestro equipo, podamos ayudarlos a crecer de manera organizada y no estar improvisando de manera desorganizada.

Somos director creativo y justamente nuestro eslogan es el siguiente: 'Adoramos unidos, crecemos juntos.'"