Fue hace muchos años cuando tenía una serie de conversaciones con un amigo quien de alguna manera se sentía un poco inconforme o inquieto por la idea de sentir que no estaba viviendo en su “propósito” y que no se sentía como si Dios lo estuviera usando para sus planes.
Realmente era algo difícil lograr entender por qué había ese sentimiento hasta que un día logré percibir algo que trajo una idea de cuál podría ser esa razón.
Estábamos en una reunión casual en la que habíamos decidido tomar un tiempo de adoración como amigos. Estábamos entonando cantos y mientras veía a ese grupo de amigos, noté que mi amigo quien estaba en esa crisis era el único que no estaba tocando un instrumento ya que no era músico. Fue ahí donde me di cuenta de una gran verdad y es el tema que quiero traer sobre la mesa en esta entrada.
Música
Ciertamente la música es una herramienta, un regalo que Dios nos ha dado a la humanidad para poder disfrutar, y poder expresar de una manera artística y creativa todas aquellas cosas que hay en el corazón del hombre. Podríamos concordar que la mayoría de los seres humanos sienten un aprecio y un disfrute por la música. Y es por esto que Dios nos ha bendecido no solo con la música para disfrutar, sino también como un medio por el cual podemos expresar nuestro corazón hacia Él y proclamar Su verdad. Es por esto que hoy en día, contamos con tantos compositores y tantas canciones que nos ayudan a poner en ritmo y en palabras, todo aquello que hay en nuestro corazón para Dios.
Es una bendición enorme poder contar con tiempos de alabanza en nuestras reuniones y unir nuestros corazones por medio de la música, sin embargo, es una línea muy delgada entender que la música y la adoración no son necesariamente lo mismo.
Adoración
Cuando hablamos de adoración, o de adoradores, es común pensar en música de cierto tipo, o personas que tienen capacidades musicales. Y aunque es verdad que hay adoración musical, y adoradores que son compositores de música, en realidad pensar que esto es el entero de la adoración limitará mucho un concepto bíblico y en realidad, lo reducirá a una interpretación a muy corta escala de lo que adoración significa.
Justamente es el problema que mi amigo tenía, él no era músico, cantante ni compositor, y es esta la razón por la que él se descalificaba de ser un “adorador” que estaba cumpliendo los “propósitos” de Dios.
Juan 4.23 Pero se acerca el tiempo—de hecho, ya ha llegado—cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera. 24 Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. (NTV)
Jesús enseñó algo muy explícito acerca de los adoradores que Dios busca. En su definición habla de personas que con todo su corazón y su espíritu adorarían a Dios y en esto, no encontramos mención alguna acerca de instrumentos, canciones o estilos musicales.
Músicos y adoradores
Debemos recordad que músicos son todos aquellos que pueden tocar música, por más sencillo y obvio que esto se escucha, el énfasis que trato de hacer es que, no necesariamente un músico es un adorador, ni tampoco un no músico no lo es.
Realmente la adoración va más allá de la música, tiene que ver con el corazón y con una postura de vida que busca darle el lugar de honor y gloria a Dios por encima de todas las cosas.
Resumen
Así que recuerda, la adoración tiene mucho más que ver que la música. Sea que seas músico, cantante, creativo, compositor o no compositor, recuerda, todos estamos calificados para adorar a nuestro Dios en espíritu y en Verdad.