Como encontrar mi lugar en el plan de Dios
Uno de los mensajes más recurrentes y a veces aún repetitivos dentro de la iglesia es la idea de qué Dios tiene un plan y un propósito para nosotros.
De este tema existen muchas predicaciones, talleres y aún libros que de hecho han sido de los más vendidos.
Esto es porque es muy común para las personas percibir de una manera muy profunda la realidad de qué hemos sido creados para algo más que sobrevivir. De alguna manera todos creemos y sabemos que tenemos un propósito y una parte dentro de un plan mucho más grande que nosotros.
Esto es algo que Dios ha puesto en nuestras vidas porque efectivamente somos parte de un plan, su plan. Es por esto que en la iglesia hablamos constantemente acerca de esta historia que Dios estaba escribiendo a lo largo de las generaciones. Porque la historia de redención no es una historia pasiva o antigua, sino es una historia que se sigue escribiendo hasta el día de hoy.
Cuándo sucede que logramos entender esta realidad de nuestras vidas, resulta ser algo muy emocionante pero a la vez un poco intrigante ya que esta verdad también produce en nosotros muchas incógnitas.
¿Qué tengo que hacer yo?, ¿Cuál es mi propósito?, ¿Cuál es mi parte en este plan?
Todas estas dudas son normales, son comunes, y son correctas para aquellos que quieren descubrir su parte en el plan de Dios. Así que en esta entrada queremos compartir contigo tres ideas que pueden arrojar un poco de luz a todos aquellos que están en la búsqueda de su parte en el plan de Dios.
Un plan para todos
Lo primero que debemos tener en cuenta cuando hablamos acerca del plan de Dios, es que este plan puede expresarse de dos maneras, la primera es que debemos reconocer que hay un mismo plan general para todos aquellos que han decidido seguir a Jesús.
es lo que se conoce como la revelación general. Este llamado que Jesús nos hizo a todos los que le seguimos por igual.
Todos somos llamados a seguirle, a confiar en su palabra, a orar, a compartir la fe, amar al prójimo, amar a Dios, en fin, son todas esas instrucciones y enseñanzas que Jesús nos dejó por igual para cada uno de sus seguidores.
Debemos saber que si hay un plan general para todos y que no hay excepciones para algunos. Por ejemplo, realmente es imposible pensar que algunos seguidores de Jesús son llamados a amar a Dios y al prójimo como así mismos, y otros seguidores no son llamados a amar a Dios y al prójimo como así mismos.
Aunque sea algo que suene lógico, como quiera no queremos dejar de mencionar este ejemplo para reforzar la idea de qué existe un llamado general para cada uno de los seguidores de Jesús.
Un plan para mi
Pero después entender que existe un plan general para todos, también debemos de saber que ese plan no se expresa de la misma manera para cada una de las personas.
Este plan se expresa de diferentes maneras depende la persona y la circunstancia de cada quien, y esto es lo que se conoce como el plan específico.
Piénsalo así, todos fuimos llamados a compartir el mensaje de las buenas noticias sin excepción, esto es verdad para todos, pero este llamado se expresa en diferentes oportunidades depende de cada persona. Sólo piensa en las oportunidades que un médico cirujano tiene para compartir las buenas noticias, o las oportunidades que tiene una maestra en una escuela, o las oportunidades que tiene un misionero en alguna etnia del mundo.
Aunque esos tres ejemplos funcionan haciendo lo mismo que es compartir, la realidad es que no lo hacen de la misma manera o en el mismo contexto, sino que cada uno lo lleva a cabo desde el área en la que se encuentran actualmente. Para el médico quizá sea con pacientes, para la maestra con alumnos, y para el misionero con alguna comunidad.
En resumen de esta idea, esas tres personas con diferentes profesiones hacen lo mismo solamente de una manera diferente.
Así que abro pregunta cómo encontrar mi parte en el plan de Dios?
Tres ideas
Hay tres ideas que han sido muy útiles para aquellos que han logrado encontrar su parte en el plan de Dios que queremos compartir contigo:
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Tu contexto:
Algo que podemos entender, es que a lo largo de nuestra vida hemos transitado por diferentes circunstancias, lugares, y ámbitos sociales que van formando nuestro contexto de vida.
Cuando vemos en el evangelio las historias de los diferentes hombres y mujeres que Dios usó, vamos a ver que Dios usaba mucho como una herramienta el contexto de cada quien.
Por ejemplo el apóstol Pablo, siendo el autor de gran parte de los libros del nuevo testamento, vemos que tenía un contexto de ya ser un académico teólogo desde años atrás.
Pedro y Andrés su hermano, eran pescadores de profesión, pero cuando Jesús llamó los llamó a ser “pescadores de hombres”.
Vemos que el Lucas, el escritor del evangelio de Lucas y el libro de hechos, era un médico de profesión, lo cual le ayudó a ser ordenado, y un investigador por excelencia, para terminar siendo el escritor del evangelio de Lucas, y quien registró el inicio de la iglesia primitiva.
Es muy útil considerar el contexto de vida por el cual hemos transitado, ya que a través de nuestro contexto podemos darnos una idea de cómo Dios puede usarnos. Se trata de ver las personas que nos han rodeado, las experiencias que hemos vivido, y la influencia que hemos obtenido en diferentes sectores.
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Tus talentos:
Una vez que vemos el contexto, debemos también prestar atención en los talentos que hemos logrado desarrollar a largo de nuestra vida. No queremos decir con esto que es nuestro talento el que determina como Dios nos va usar, sin embargo, resulta ser útil que pongamos nuestro talento a la disposición de la expansión de las buenas noticias.
Si prestamos atención a las historias que mencionamos anteriormente, veremos que no sólo el contexto de vida de estos personajes ayudaron para encontrar su propósito, sino que sus talentos impulsaron su llamado.
podemos considerar los talentos que hemos desarrollado hasta el día de hoy, y ver la manera de ponerlos a la disposición del reino.
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La necesidad:
Por último, una vez que tenemos nuestro contexto, y vemos nuestros talentos, debemos prestar atención en la necesidad que vemos en nuestro alrededor. Si prestamos atención nos daremos cuenta que cada uno de nosotros sentimos una carga por diferentes aspectos de nuestra vida o nuestra sociedad.
Para algunos será quizá la hambruna en ciertos países, quizá para otros sean las personas en situación de calle, quizá para otros sean las personas que enfrentan adicciones, en fin, todos vemos diferentes necesidades, y muchas veces esa carga realmente es el llamado.
Resumen
Aunque estas tres ideas no son la norma, y la doctrina acerca de nuestro propósito en sí, definitivamente son herramientas útiles que Dios pone en nuestra vida para irnos dando cuenta hacia dónde se va a perfilando nuestra parte en su plan.