¡AYUDA NO PUEDO CON TODO!
Si te ha tocado la experiencia de liderar en algún área de la iglesia, ya sea en un equipo de alabanza, un equipo de producción, escuela dominical infantil, en fin, cualquier área que requiere el esfuerzo de todo un equipo, estarás de acuerdo conmigo en que probablemente alguna vez, o quizá más de una vez has tenido ese momento en el que la carga pareciera abrumadora y sientas la necesidad de gritar: “¡ayuda no puedo con todo!”.
Puede ser que lo hayas vivido en el pasado, que tengas algún conocido que esté pasando por una situación como tal, o puede ser que justo en este momento te encuentras en una situación como esta. Sea el caso, queremos decirte que no estás solo, creo que definitivamente es una situación que todo líder enfrenta en su trabajo por lo menos varias ocasiones.
En esta entrada, queremos compartir contigo una perspectiva que creemos será muy útil para cada líder que está enfrentando un momento como este, quizá una perspectiva que a veces es difícil de detectar pero si prestamos atención, nos daremos cuenta que más allá de que esta situación sea un momento de dificultad, resulta ser un momento de oportunidad.
¿Cómo interpretar un momento así?
Usualmente, por diferentes razones como el cansancio, la carga, las responsabilidades y quizá la falta de personas, cuando nos llega el momento “¡ayuda no puedo con todo!”, lo interpretamos de una manera abrumadora que produce en nosotros diferentes emociones y sentimientos que terminan añadiendo peso a la carga que estamos sintiendo en el momento.
Puede ser que al estar abrumado comiences a sentir una frustración hacia los líderes que te dieron la oportunidad de liderar esa área, sintiendo que ellos son la razón del tiempo abrumador que estás viviendo y que piden mucho de ti.
Otro sentimiento puede ser una especie de injusticia hacia las personas de la iglesia que “no se comprometen” y no ayudan. Es una especie de injusticia que expresa “Es injusto que yo hago todo, y nadie hace nada”.
También puede ser tan agobiante un momento como este que quizá puedas sentir un sentimiento de soledad que muchas veces quiere llevarnos a abandonar o renunciar a lo que estamos haciendo.
Probablemente haya otro tipo de reacciones o emociones que se puedan experimentar, pero estas son un ejemplo de cuando interpretamos el momento de “¡Ayuda!” con una perspectiva negativa, con la perspectiva de “dificultad”.
Si esta dificultad se puede interpretar diferente ¿cómo se podría interpretar?
Dificultad no, oportunidad sí
Tenemos que tener en cuenta varios factores presentes a la hora de enfrentar este momento, que por cierto, son los factores que tienen la capacidad de ayudarnos a cobrar ánimo y a avanzar llenos de entusiasmo, así que compartimos contigo los siguientes elementos:
-El privilegio de servir: una de las cosas que nunca deberíamos perder de vista cuando enfrentamos esta circunstancia es que si pensamos “es que yo hago todo”, es el privilegio que tenemos como líderes. Cuando decidimos ser líderes de algo, básicamente estamos abrazando el privilegio de servir y usar todo nuestro esfuerzo para edificar a la iglesia por lo tanto, si hasta ahora has hecho mucho, recuerda que esa es nuestra bendición, poder hacer cosas para servir a Dios y a su iglesia. En teoría debería desanimarnos lo opuesto, la idea de querer servir a Dios y no poder hacerlo.
-Síntoma de crecimiento: también, cada vez que un líder vive un momento de “¡ayuda!” Algo que no podemos pasar por alto es que significa que el ministerio está creciendo, tiene mayores necesidades, tiene nuevas exigencias y esto es algo bueno. Cada vez que algo está por crecer, tiene mayores necesidades para hacer posible su expansión, así que, alégrate que necesitas más manos.
-Oportunidad de involucramiento: una vez que logramos identificar que estamos necesitando manos por una situación de crecimiento con mayores necesidades, entonces efectivamente el momento de "¡ayuda!” es la señal que nos debería ser el que nos indique que hay que involucrar a más personas al equipo. Es como si esa “dificultad” en realidad te está invitando a que otros tengan el privilegio de involucrarse y tener la oportunidad de servir a Dios en tu equipo.
Puede ser, que quizá la necesidad de manos no sea necesariamente por un nuevo proyecto o crecimiento, más bien sea por falta de compromiso, pero una vez más, esto más allá de ser un problema, es una invitación a invitar a otros a ser parte.
-Plataforma de crecimiento: a la vez, sí o sí cuando enfrentamos el momento de “¡ayuda!” otra de las cosas que están sucediendo es que la etapa del ministerio en la que nos encontramos nos está indicando que ha llegado el momento de empezar a delegar. Necesitamos ayuda porque hasta este punto es probable que no lo hayamos hecho, así que ¡felicidades! Esto significa que el ministerio te está invitando a levantar, preparar y ayudar a que otros crezcan en su capacidad de servir.
Y sin duda alguno, si algo está creciendo, más allá del ministerio o el equipo, es el líder.
Así que, queremos animarte trayendo esta perspectiva, un momento de “¡ayuda no puedo con todo!” es el momento en el que el ministerio te está llevando a crecer a ti y a todo tu equipo para ir a un nuevo nivel.