¿Cómo hacer una reunión multigeneracional sin morir en el intento?
A lo largo de las últimas décadas, la brecha entre generaciones ha sido cada vez más notable. Esto tiene que ver con los avances tecnológicos, el desarrollo de la cultura y la accesibilidad que las nuevas generaciones tenemos a la tecnología. Estos avances han provocado que cada generación tenga su “ritmo” distintivo pero al mismo tiempo, ha logrado que las diferentes generaciones coexistan y permanezcan en comunicación una con la otra.
Al igual que con la tecnología, la iglesia debe de ser un espacio en donde haya lugar para cada persona sin importar su trasfondo o generación conviva con los demás. No importa la edad o el contexto de las personas, todos pueden venir a escuchar la palabra de Dios y conocer de manera personal a Jesús. Sin embargo, en muchas ocasiones, cuando personas de distintas edades y contextos se mezclan resulta un gran reto poder romper con la brecha generacional y lograr que todos se sientan cómodos.
Algunas iglesias, en distintas ocasiones podrían verse atrapados en decisiones abrumadoras al no saber si será preciso tomar decisiones que beneficien a una u otra generación. Preguntas como ¿deberíamos de adaptar las reuniones de nuestra iglesia a un formato más juvenil con tal de alcanzar a la nuevas generaciones? o ¿deberíamos que tener un formato más tradicional para que las generaciones mayores estén cómodas? inundan a los líderes de las iglesias. Tomar este tipo de decisiones puede llegar a ser complicado y traer disputas entre los líderes a pesar de que por lo general todos desearán con todo su corazón que todos puedan ser parte y drisfrutar de lo que Dios quiere hacer.
Pero, ¿y qué si estas dos opciones no son las únicas que existen?, ¿qué si no tuviéramos que escoger a una generación sobre otra?, ¿qué si hubiera una manera de lograr poder atender las necesidades de todos al mismo tiempo?
En este artículo queremos contarte algunos puntos que pueden ayudarte a ampliar la perspectiva de tu iglesia y te darán algunas ideas de cómo servir a diferentes generaciones al mismo tiempo. Así que, ¿cómo hacer una reunión multigeneracional sin morir en el intento?
1.Recuérdales lo que tienen en común y no las diferencias.
Muchas veces estamos muy enfocados en las brechas y en las diferencias entre generaciones. Tenemos muy presentes las preferencias, los estilos, las formas y lo que les gusta o no a cada generación. Entonces cuando empezamos nuestras reuniones, sentimos la incertidumbre de no saber qué generación va a responder a lo que está por suceder. Y si es que llega el momento en que una generación comienza a responder, tenemos la tendencia de enfocarnos en los que están respondiendo más.
En este punto queremos compartir contigo el enfoque dirigido hacia lo común y no en las diferencias. En lugar de empezar una reunión en la que tienes que escoger entre una generación u otra, qué tal si nos enfocamos en todas las cosas que ambas generaciones tienen en común.
Todos los que van a la iglesia, sin importar su edad o contexto, asisten a ciertas cosas en común. A buscar a Dios; a tener un tiempo de adoración; a tener un espacio de oración; a recibir algo de la palabra de Dios; y cosas que cada iglesia sabe que su gente necesita.
Así que, en este punto, queremos recomendarte iniciar tus reuniones hablando de todas las cosas que las personas tienen en común y recordarles a la iglesia que sin importar el contexto de edad o de situación, todos venimos juntos buscando lo mismo, y mencionarlo. “El día de hoy estamos todos juntos buscando tener un tiempo de adoración a Dios”.
Al hacer esto, sin duda alguna en la mente y corazón de todas las personas se va a generar un sentimiento de unidad y de comunidad.
En otras palabras, resalta las cosas que todos tienen en común, y no te enfoques tanto en las diferencias.
2.Siendo empáticos con los dos tiempos.
Una vez que consideramos las cosas que todos tienen en común, algo que queremos aconsejarte es nunca dejar de ser empáticos. Queremos ser conscientes de las necesidades y el anhelo de cada persona que viene a nuestra iglesia.
¿Qué tal si en lugar de hacer una iglesia que solo se enfoca en una generación (en un tiempo), logramos abrazar las dos generaciones y hacer una reunión de dos tiempos?
Hace algún tiempo, nuestro equipo de alabanza preparó su lista de canciones para la reunión del domingo con canciones contemporáneas y juveniles, y al final de la lista, agregaron un himno antiguo el cual adaptaron con ciertos arreglos y sonidos modernos. Así que cuando comenzó la alabanza hubo un tiempo de adoración espectacular, pero cuando llegó el momento de ese himno, era sumamente conmovedor ver como personas de una generación anterior estallaba en una adoración apasionada.
Realmente este evento marcó algo muy significativo para nuestra iglesia, de tal manera que se volvió una costumbre de vez en vez ir adaptando canciones de generaciones anteriores para que todos pudieran disfrutar de un tiempo de adoración apasionado. Piénsalo así, las canciones contemporáneas que se tocan el día de hoy en la iglesia, serán las canciones viejas de las siguientes generaciones. Y si somos honestos, cuando llegue ese momento, la generación de hoy, será la que extrañará sus canciones. ¿Qué sentirás en ese momento cuando las siguientes generaciones te tomen en cuenta al elegir canciones que son las de tu tiempo? Definitivamente un sentimiento de amor y de empatía será inevitable.
3.Usa un lenguaje de invitación amigable y no de insistencia forzosa.
Cuando hablamos de empatía, también debemos ser conscientes de que quizá haya personas que no se sientan completamente cómodas con el formato que estamos llevando a cabo y esto no significa que no aman a Dios o que no están de acuerdo con la expresión de la iglesia, simplemente estas personas tienen una expresión distinta.
Recuerdo en una reunión en la que estuve presente, tenía un formato muy juvenil y contemporáneo, y el director de alabanza estaba haciendo un fuerte énfasis en que todos “saltaran” en su lugar para tener una adoración “expresiva” y “radical”.
Este director de alabanza hablaba de ese tipo de expresión “expresiva” como la señal de la adoración verdadera o genuina, y aunque se puede entender la motivación detrás de esas ganas de tener una “expresión física evidente”, la realidad es que las personas no se sentían cómodas haciéndolo. Era evidente y muy incómodo sentir la tensión en el lugar de esta reunión porque la insistencia del director de alabanza se sentía muy forzada sobre la comunidad.
Así que, el consejo que queremos compartir contigo es, ¿y qué si de una manera amigable y empática, invitamos a la gente a participar, pero siempre dejando un espacio a que lo hagan en la manera en la que se sientan cómodos?
Tiempo atrás visité una iglesia, y nunca voy a olvidar el momento cuando el director de alabanza dijo: “Si te sientes cómodo, quiero invitarte a levantar tus manos en señal de rendición a Dios”. ¡Wow! Me dejó realmente impactado ese lenguaje ya que fue una manera muy amorosa y empática de invitar a la gente a participar a su manera, y no era de extrañarse que el ambiente en ese tiempo de adoración era un tiempo muy íntimo y muy genuino. Este director abrió una invitación a que las personas sintieran la confianza de buscar y conectarse con Dios en la expresión de cada quién. Este líder, transmitió un mensaje de confianza, amor, empatía y respeto. No es de extrañarse que de esa reunión todos salimos sintiéndonos amados.
¿Cómo hacer reuniones multigeneracionales sin morir en el intento?
En resumen:
-Recordar las cosas que todos tienen en común y no enfatizar las diferencias.
-Ser empáticos y tratar de atender las necesidades de ambas generaciones.
-No forzar insistentemente, sino invitar amigablemente.